Pastor, ¿y si tu Ciudad Fuera tu Verdadera Misión?

 

Por Andrés Garza

¿Qué pasaría si los pastores del evangelio en una ciudad decidieran unirse y verla como su misión común, así como Cristo vio a Jerusalén? ¿Si muchos de ellos dejaran a un lado su reino y su nombre para colaborar en la extensión del Reino de Dios como su única misión? ¿Si, en lugar de visiones individualistas, compartieran una visión teológica tan grande que pudiera traer verdadera esperanza a todos sus habitantes de la ciudad?

Todo podría comenzar con un solo pastor.

Un movimiento colaborativo del evangelio, capaz de transformar y traer esperanza a una ciudad, comienza cuando un líder es llamado por Dios a dejar de edificar su propia torre de Babel —su nombre, su iglesia o su ministerio— y, con humildad, busca a otros para hacer algo que sabe que no puede lograr solo.

Es un llamado a buscar que sea Cristo quien edifique la iglesia de la ciudad. Es un llamado a amar a Cristo y a esa ciudad como a uno mismo.

Es entonces cuando el mundo tendrá esperanza. Cristo dejó a los doce para que hicieran cosas aún más grandes de las que Él había hecho, y no se refería a la construcción de ministerios individuales, sino a la manifestación de su Reino.

Ánimo, pastor. Tú puedes ser usado por Dios para iniciar algo más grande que tú mismo, que tu iglesia y que tu propio ministerio. Solo tienes que rendir tu nombre por el Nombre que es sobre todo nombre: el de Cristo.

Como nos recuerda el mismo Señor en Juan 17, es a través de nuestra unidad que el mundo creerá que Él es el Señor, enviado por el Padre.


Sobre el Autor:

Andrés Garza es Arquitecto, Planificador Urbano y pastor fundador de la Iglesia San Pedro en Monterrey. Su pasión por los movimientos del evangelio lo llevó a fundar el Centro de Plantación de Iglesias en el Norte de México y a iniciar los trabajos de City to City América Latina, organización que actualmente dirige.